Hoy 26 de octubre del 2011, me encuentro con cierta angustia, pero a la vez me encuentro relajado, ya que estoy a punto de conocer, de vivir lo que es un Huracán… Siempre había escuchado esas pláticas en las que las vivencias de la gente caribeña, pláticas que de cierta manera me daba mucha curiosidad por como vivieron su experiencia. Aun recuerdo hace algunos ayeres cuando casi me toca uno en Sinaloa al llevar a un paciente con trombosis mesentérica al Hospital general de Culiacán, de esas veces que salir de Baja California Sur gratis era una súper experiencia… cuando llegue a La Paz de regreso, a los tres o cuatro días consiguientes llego el Huracán Juliette, pero no nos causo mucho temor ya que nos encontrábamos resguardados en el Hospital General del ISSSTE La Paz, todos los médicos internos de pregrado durmiendo hacinados… Una experiencia increíble, pero no lo sentimos con mucho temor.
Cuando te encuentras solo, sin familia, sin amigos que estén contigo en esos momentos, es cuando te da más miedito el vivir ese tipo de experiencias, por suerte a mi me toco trabajar, pero los momentos de angustia al vivir por primera vez un meteoro de este tipo, la verdad es que no se lo recomiendo a nadie. Estar checando constantemente los monitoreos por radio y prensa, evitar que la gente se paniquee, y sobre todo ser portavoz de una esos anuncios cuando en tu haber cargas la responsabilidad de ser un funcionario público, a veces sea estresante.
Cuando decían que ya estaba a kilómetros de nosotros, cuando pasas de bandera azul a verde y luego a amarilla… la angustia crece, hay que comenzar a hacer nuestras compras llamadas “De Pánico” latas, agua, pan, galletas y demás alimentos que nos tienen que hacer subsistir por lo menos 4 a 5 días, a parte de las botas para agua, ya que mi adorado municipio no nos dio ni las gracias, un impermeabilizante… y listos. Hay que estar preparados ya que como trabajador de la Salud el deber esta primero, para eso nos advocamos en esta carrera, ya sea en hospital, en refugio o para ayudar a los que menos tienen, si no es así…. Para que chingaos estas aquí, ya sé que muchos lucran con ello, pero, lucrar con la gente, con su angustia…. Ok ya ¡
Ha llamado de mi súper jefazo, me toca ir a un refugio, me despido de mi casa por última vez (a lo mejor ya nunca la vuelvo a ver de pie) me preparo con el outfit súper nice contra aguaceros y demás torrenciales y… Protección Civil pasa por mí, el camino es largo, oscuro y mojado, pero a la vez me resulta emocionante, me siento como esos héroes que están haciendo las cosas por algo, entre angustiante y emocionante. Llego al refugio, poca gente, hay policías, gente de protección civil y de educación, todos nos volvemos cuates en ese momento, la convivencia y sobre todo, la ayuda hacia la gente que va llegando poco a poco.
Comienzan las ráfagas de viento, deja de llover pero el aire aumenta su intensidad, gente que va llegando y vamos acomodando, yo las preguntas clásicas, sobre su persona, padecimientos actuales, antecedentes de enfermedades y así…. Los niños angustiados, hay que jugar con ellos, hay que crear juegos o canciones, para evitar un trauma, son bien traviesos, quieren a cada rato ir al baño, y nosotros de acompañantes con lámparas ya que a estas horas ya se fue la luz, y vemos como pasan las horas, los minutos, el viento sopla y hace ruidos tétricos… al poco rato se calma, en la radio nos dicen que ya no es huracán categoría 1 y que ahora es tormenta tropical, que los giros que hace van hacia el norte, pero que tenemos que tener precaución, a la mañana siguiente ya no hay lluvia, solo nubarrones, la gente comienza a despedirse y a agradecer por todo lo que hicimos, me reporto con mi jefe en turno para decir que ya, la gente estaba fuera y me dice: Ok gracias y estamos pendientes ¡
La verdad es reconfortante ser un medico de guerra, un medico que no le teme a nada, ser participativo con tu entorno, así la gente te conoce convives con ellos, vez directamente las cosas y nadie te las cuenta. A partir de ello me siento emocionado de haber participado, si bien no fue destructivo este meteoro, si fue reconfortante saber que la gente participa en todas las recomendaciones, Gracias a Dios “RINA” solo fue una tormenta tropical molestosa, pero debemos estar consientes que por este cambio climático que hemos creado, se nos vienen más cosas por delante.
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