lunes, 26 de septiembre de 2011

1985

Un 19 de septiembre del 1985, México pasa una de las peores crisis con respecto a seguridad y falta de conciencia acerca de desastres naturales. Por eso hoy voy a reflexionar cómo fue esa fatídica noche…
Nos encontrábamos en casa mis padres mis hermanas y yo, recuerdo muy bien que mama nos mando como siempre a acostar temprano, lo que ella no sabía es que mi hermana Alma y yo esa noche habíamos visto una película aterradora en ese entonces para chicos de nuestra edad.
Esa mañana, desperté por un brusco jalón en mi litera (yo dormía en la parte de arriba) y lo primero en que me fijé es en la lámpara colgante, la cual chocaba de extremo a extremo con el techo, en ese entonces teníamos un molde de pastel de madera con muchos muñequitos de plástico, peluches y demás, estos comienzan a caer haciendo ruido, en eso entra mi Papi a la recamara y nos dice, despiértense, recuerdo que le dije, creo que el demonio está en mi cuarto !!! e ipso facto, ya había saltado de la cama, vi a mi mama llorando muy asustada, el departamento crujía horriblemente, mi papa abrazo a mi mama y a mis hermanas y solo dijo: no se asusten ¡!!
Aun recuerdo cuando paso el tiempo y nos vestimos, salimos inmediatamente a la calle, ya habían muchos vecinos fuera, comentando las experiencias de ese momento angustioso, no había luz en las casas….
Don Joaquín saco un radio de baterías, y de ahí, nos enteramos que el centro de la capital mexicana se encontraba en ruinas, que muchos edificios, casas, departamentos, áreas laborales quedaron hechos escombros, mucha gente se encontraba angustiada al oír la narración de los noticieros, cada alma se encontraba fracturada, despedazada…
En eso, aparece Doña Lourdes, quien llego llorando en donde nos encontrábamos, buscaba desesperadamente a sus hijas Patty, Lourdes y Gabriela, se le dijo que estaban bien, y, comienza a llorar, diciendo que había caminado desde el centro de la Ciudad de Mexico hasta la colonia en donde vivíamos y a su paso, solo escuchaba gritos de desesperación, llantos desgarradores, gente angustiada por lo ocurrido, densas capa de polvo y escombros que le impedían el paso… fue uno de los momentos más espantosos que aun recuerdo…
Mi familia, los amigos más cercanos, he de agradecer al Gran Arquitecto del Universo, que los mantuvo con vida, sin embargo, gran parte de la población mexicana había perdido a personas queridas, hijos, padres, tíos…. Noches angustiosas que pasamos de ahí en adelante, ya nunca fue lo mismo, ahora que sentimos un ligero movimiento de tierra, inmediatamente aparecen imágenes de destrucción de dolor y angustia, vuelve a tu mente esas imágenes de la familia, de aquel caos que tan solo en unos segundos, cambio para siempre la vida de muchos de nosotros...


Antonio Ramírez Hernández 
Dr. Tonninho 

No hay comentarios:

Publicar un comentario