En cierto horario de lunes a viernes, me encuentro privado de mi libertad, y, no es para menos… trabajar en un centro de retención es un mundo diferente, el ser humano “Normal” jamás imaginaria lo que es estar conviviendo a diario con personas las cuales por alguna u otra circunstancia, se encuentran aquí, pasando su vida encerrados en estas cuatro paredes por mucho tiempo o a veces, de por vida.
Platicar con alguien el cual si de por sí, su vida anterior fue triste, carente de afecto, violencia intrafamiliar… ahora platicar de manera directa con homicidas, violadores, pederastas, extorsionadores, ladrones de cuello blanco y demás hace que mi estancia laboral se vuelva por demás interesante.
En un día normal llego como buen médico a presentarme con el Director, quien por demás agradable así como el personal administrativo, siempre nos damos los buenos días, pregunto por las novedades, quejas y sugerencias del día anterior, acto seguido, paso a mi consultorio, el cual debo de mantener limpio, oliendo bonito, arreglarlo lo más rápido posible… Comienzo con la consulta…
Los pacientes que me encuentro a diario son sui generis, llegan a la consulta por diferentes circunstancias, desde un dolor de cabeza, para control de su diabetes, para checarse la presión, por el granito, por la gripa, la tos… La clásica consulta del médico general. Parte de estas consultas, es querer salir a platicar con alguien diferente, con alguien que se encuentra conviviendo con el mundo exterior, querer saber qué es lo que sucede “allá afuera”, las cosas que han cambiado, las cosas nuevas… El querer ver una cara diferente, una plática diferente… Parte de mi platica medica es decirle al paciente, COMO TE ENCUENTRAS?.... de ahí un sinfín de padecimientos, de dolores, no nada más físicos, también del alma… a veces lloran, se arrepienten de lo que hicieron, otros no lo hacen, otros refieren que se vieron obligados por algo que aunque, lo negaban, los obligaba a hacerlo, otros me cuentan (en su gran mayoría) que estuvieron bajo los influjos del alcohol o las drogas, solo recuerdan que comenzaron a tomar y… cuando despiertan de ese letargo, ya se encuentran arriba de la patrulla o en los separos de la cárcel.
La mayoría de mis pacientes son Violadores, muchos de ellos pederastas… me cuentan que ellos mismos alguna vez fuerón violentados, fuerón agredidos sexualmente por el papá, la mamá, los abuelos, el vecino asqueroso, el primo acosador, el vendedor… cuando conversas con ellos muchas veces sus ojos se llenan de lagrimas, las cuales, las ocultan con sus manos o con suspiros profundos, son respiraciones intensas… ese tipo de platicas muchas veces termina en palabras de apoyo por mi parte, por tratar si no de ayudarlos, de que piensen en su error y tratar de ayudarse ellos mismos…
Mis pacientes homicidas, algunos de ellos lo hicierón con alevosía, con ventaja, otros por verse acorralados, por riña, por defensa propia. Mi curiosidad morbosa me llega a preguntarles: QUE SENTISTE EN ESE MOMENTO??? Ellos me refieren que antes de ello fue miedo, pero, en defensa al momento de hacerlo, el coraje, el miedo, todo ello se junta en ese sentimiento y lo hacen sin pensar en las consecuencias futuras, es un momento en el que se borra todo de sus mentes…
Parte de sus delitos son o fueron de una manera terrible, hay quien violo, golpeo con saña y que en realidad lo hizo por gusto, a veces eso me hace pensar…. Porque atiendo a esta calaña? Muchas veces cuando me exigen algo o veo que se sienten mal o que quieren al dentista o algún estudio…. Pienso, si hiciste mucho daño a familias enteras…. Porque he de ayudarte? Porque me veo obligado a quitarte ese dolor que tienes cuando en realidad tú causaste más dolor a esa familia, a esos niños….
Pero cuando los vez aquí, solos, abandonados, muchas veces arrepentidos, sin una mano que los ayude, sin nadie que los escuche, pues, te gana el corazón de pollo y los sentimientos negativos que me llegan a generar se van disipando y mi ética médica siempre gana, termino apoyándolos, escuchándolos, riendo con ellos… Te podria decir que tambien he conocido a grandes amigos, geniales personas que aun me encuentro en la calle, en alguna red social y, ahora ya son parte de mi aventurada vida...
Somos seres humanos, con errores, con defectos, con malos pensamientos, algún día podíamos resbalar, nuestro instinto salvaje, nuestra defensa primitiva, puede aflorar en situaciones de estrés extremo, de tristeza, de odio o venganza… En este momento estoy sentado, leyendo, pensando, reflexionando, al rato, en un momento de ira, pueden pasar miles de cosas… A veces el raciocinio que nos caracteriza se merma por nuestros instintos de supervivencia, yo no juzgo a estos individuos, no soy quien para emitir un juicio en contra de lo que hayan hecho, solo sé que, parte de sus vidas, de sus vivencias, experiencias, debo tomarlas no como propias, pero pensar antes de actuar. A veces me da miedo, siento terror, pánico, de llegar a estos lugares, de convivir con gente que ha privado de la vida con esas manos que me saludan, que se enferman, que necesitan un saludo… Pero por algo suceden las cosas, algún día, podríamos estar ahí, en esa situación…
Piénsenlo…